jueves, diciembre 31, 2015

La extraña bola luminosa que atacó a un Fokker 27

Artículo publicado ayer en el portal de divulgación científica Naukas:

Enlace.

Uno de esos "misterios de Canarias" con más dudas que certezas, aunque le vendan lo contrario. Que sea de su gusto.

miércoles, diciembre 23, 2015

De algún otro planeta

Como vimos en la primera noticia de esta serie, los platillos volantes estuvieron asociados desde su aparición inicial a la Guerra Fría y a armas de las potencias implicadas. El investigador norteamericano Martin Kottmeyer dedicó un ensayo a explorar la relación entre el miedo nuclear y el mito de los platillos volantes (Kottmeyer, 2001), y entre las hipótesis explicativas del caso Arnold se ha esgrimido la posibilidad de que el testigo viese en realidad alas volantes, aviones con forma de media luna desarrollados por los hermanos Horten en Alemania y confiscados por los norteamericanos al finalizar la guerra (Petit, 1995). Los platillos volantes habrían sido, según Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife) de 3 de marzo de 1949, el antecedente de las “lunas volantes”, unas enormes armas de guerra salidas de la imaginación de algún periodista de la época con las que los USA pretendían controlar el mundo por medio de la “guerra fría interplanetaria”. Estas alas iban a ser colocadas en órbita terrestre y tendrían capacidad para lanzar bombas atómicas o fulminar a cualquier enemigo con sus rayos de fuego, en realidad rayos de sol concentrados.


La Provincia, 15-3-1950

Hoy puede parecer al lector algo extraído de una mediocre película de serie B, pero en la época el miedo a la tecnología espacial y en particular a las armas aéreas era habitual; y los platillos entrevistos por medio mundo podían ser un ejemplo de todo ello, a pesar de que desde el Mando de la Aviación norteamericana se repitiera a diario, según recoge La Provincia (Las Palmas de Gran Canaria) de 15 de marzo de 1950, que los platillos volantes “de algún otro planeta” (esta posibilidad entra en escena por estos meses) no existen sino en la imaginación de las gentes. ¡Y qué mejor lugar para mostrar su poder que habitar en la imaginación del hombre de la calle!; no han salido de este refugio sin puertas desde entonces.

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Kottmeyer, Martin (2001). Transmutaciones. Un catálogo de temas nucleares en la mitología ovni. Biblioteca “Camille Flammarion”, Fundación Anomalía, Santander.

Petit, Antonio (1995). "24 de junio de 1947: los 9 discos de Arnold". En: Cuadernos de Ufología, 19-20, 2ª época, Fundación Anomalía, Santander.

sábado, diciembre 12, 2015

sábado, noviembre 28, 2015

Bolas que caen del cielo

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica 'Principia', de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


jueves, noviembre 12, 2015

El "ovni de Canarias" se aparece en Los Ángeles

Como en otras ocasiones, el "ovni de Canarias" se ha vuelto a aparecer, para sorpresa de paisanos y malestar de los magufos. Por supuesto, esta noticia no la verán ni la escucharán en ningún programa de radio o televisión, en ninguna revista mensual de cosas alternativas, ni en ningún foro de "investigadores" de lo insólito, de los enigmas del más allá y de las cosillas de la frontera, porque les sale sarpullido y les produce retortijones de barriga. Se trató, por enésima vez, de los efectos en la alta atmósfera del lanzamiento de un misil desde un submarino de la Armada estadounidense (¿de qué me suena a mí esto?), en esta ocasión un misil balístico Trident, una de tantas pruebas semejantes para las que no era necesario avisar a la población en ningún momento ni ésta corrió peligro alguno (¿de qué me suena a mí esto?).

El reptiliano escéptico se hizo eco de la noticia. Y también La mentira está ahí fuera (vaya que sí). Aquí les dejo un par de vídeos grabados por el público; seguramente la mayoría de los testigos no tenían ni idea de lo que estaban viendo (¿de qué me suena a mí eso?).





Y la noticia en el San Diego Union-Tribune con una muy bonita foto.

Claro, si a los canarios los hubiesen avisado los yanquis con antelación en cinco ocasiones en los años 70...

sábado, noviembre 07, 2015

Los ovni-globo de 1954

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica 'Principia', de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


El trabajo de V. J. Ballester Olmos y Juan Carlos Victorio sobre los globos de 1954 en diferentes provincias españolas puede leerse aquí.

lunes, octubre 26, 2015

El “ovni de Canarias” en Akásico (más petición final al lector)

En la web de Akásico figura este artículo: El ovni de la discordia, que versa sobre el famoso fenómeno observado desde Canarias el 5 de marzo de 1979, cuyo origen fue el lanzamiento de un par de misiles Poseidón al oeste de CanariasNo aparece autor o autores ni referencia, al margen del año, 2007. La versión en papel debió ser publicada en Año Cero o Enigmas. Me he tomado la molestia de comentar algunas cosas de las que aparecen en el deficiente artículo on line. Al final incluyo una petición al lector.

Sus argumentos principales son interpretaciones sesgadas y erróneas, cuando no estiradas hasta el absurdo. Se trata del habitual embrollo periodístico cuyo resultado es el aumento de la confusión en toda aquella mente que no haya revisado las fuentes originales con detalle.

Al referirse a las conclusiones de la  investigación oficial del Ejército del Aire (expediente oficial desclasificado 790305, desclasificado el 24 de octubre de 1995) se dice:

Lo observado el 5 de marzo fue un Fenómeno Aéreo No Identificado (FANI), seguido de un Objeto Volante No Identificado (OVNI), y por lo tanto de origen desconocido. Sin embargo, y ya desde un primer momento, se indicó –sin pruebas razonables, dicho sea de paso- que lo observado pudo haber estado producido por un misil intercontinental Polaris, aún a pesar de no existir –ni ofrecerse- pruebas oficiales que lo avalasen, presuntamente lanzado a cientos de millas al suroeste del archipiélago.

Para el autor, las numerosas fotografías del fenómeno no son pruebas razonables de que lo que en ellas se observa son los efectos de los gases de combustión de un misil. Prefiere mantenerse en la ignorancia interesada. Es de suponer que tampoco deseó ver el artículo que publiqué en la web de la desaparecida fundación Anomalía: ¿OVNIs o misiles?: juzgue Vd. mismo, en el que comparo las fotos canarias con una pequeña muestra de fotos de lanzamientos de misiles desde otros lugares del mundo, pero no cometo la torpeza –o la burda trampa- de mostrar un misil en el instante de salir a la superficie del mar al lado de las imágenes de Canarias, sino que los muestro en etapas semejantes, a gran altura, a decenas de kilómetros sobre la superficie marina, que es donde se producen esos espectaculares juegos luminosos entre los productos de la quema de etapas y los rayos solares, en particular cuando el Sol se halla bajo el horizonte para los observadores en tierra. Esto no es “prueba oficial”: es sentido común.


A la izquierda, imagen de los efectos gaseosos a gran altura, iluminados por el Sol ya situado bajo el horizonte a nivel del mar, el 5 de marzo de 1979. Imagen captada desde Izaña (Tenerife). A la derecha, efectos idénticos fotografiados desde Kitt Peak, Arizona el 2 de octubre de 1999 de un misil Minuteman II lanzado desde la base de Vandenberg (California).

Otro argumento para descartar la naturaleza balística del caso usado por el/los autor/es es el del alcance de los misiles Poseidón. Entre otras posibilidades previas, cita el alcance ya indicado por Ballester Olmos y Campo en la Revista de Aeronáutica y Astronáutica (marzo 2001) de 4.600 kilómetros, pero:

Se hace preciso añadir que partiendo de la distancia exacta desde donde se efectuaron los supuestos lanzamientos, éstos no habrían podido llegar al lugar indicado, precipitándose sobre Francia u Holanda, o entre la frontera entre de Polonia y Bielorrusia respectivamente.

¿A qué información se está refiriendo el autor del artículo? ¿Se refiere a los cálculos aproximados de lejanía y altura mínimas aportados por Manuel Borraz en 1992o a las impresiones que uno de los tripulantes del submarino Kamehameha ofreció a Alfonso Ferrer a principios de siglo XXI? (véase “El ‘ovni de Canarias’. Hablan militares norteamericanos”. Alfonso Ferrer. En: @nomalía, 10, 2009).

Resalta el cinismo del autor al indicar que:

… se jugó con el desconocimiento por parte de la opinión pública en referencia a las características propias de este tipo de proyectil para concluir momentáneamente una serie de incidentes cuyas características observadas en nada tenían que ver con aquello que se indicó.

Mi opinión, y la de otros muchos investigadores, es que quienes jugaron con el desconocimiento de la opinión pública fueron aquéllos que se empeñaron en mantener que los fenómenos respondieron a causas extrañas o misteriosas, siempre sin aportar pruebas a la altura de tales afirmaciones, contentándose con remarcar la existencia de unos pocos testimonios extravagantes que no se conformaban con la mayoría, algo usual cuando se produce un fenómeno luminoso a gran altura con miles de testigos potenciales, como es el caso de los bólidos, las reentradas de chatarra espacial y los lanzamientos de misiles balísticos desde submarinos o bases en tierra.

Por supuesto, al contrario de lo que indica el/los autor/es, ni los testigos entrevistados en la época ni los que en 1999 –año al que se refiere el periodista- llevan a pensar que “los presuntos artefactos militares se encontraran justo encima de las islas”. Al contrario, si se contrastan las declaraciones aparecidas a los pocos días de ocurrir el suceso, observamos que una parte de los testigos de las diferentes islas tomaban como referencia para situar el espectáculo celeste alguna de las islas situadas al oeste respecto de aquella en la que se hallaban, pero ningún testigo de El Hierro o de La Palma indicó que se localizara sobre La Gomera, Tenerife o Fuerteventura, sino en dirección al mar, al oeste del archipiélago. Esta sencilla comprobación no fue realizada, al parecer, por el autor del lioso artículo.

Se indica a continuación que, “según el análisis objetivo de los datos realizado por nuestro equipo” (sic), “teniéndose en cuenta que en este incidente son miles los testigos que coinciden en indicar esa serie de cuestiones anómalas”. Esto quiere decir, en realidad, que las cuestiones básicas de psicología de la percepción, el temor, la subjetividad y las fallas ineluctables del testimonio humano deben ser obviadas, confiar porque sí y dar por buenos aquellos detalles que coincidan con mis ideas preconcebidas sobre las maravillas ufo-paranormales de que vivimos rodeados. Porque es que: “¡El fenómeno tuvo una envergadura sorprendente!” y además se produjeron “cambios de trayectoria, estacionamientos y deceleraciones, unas maniobras imposibles de efectuar por un misil de las características que se pretende”. Se trata de las mismas simplezas interesadas aptas únicamente para quien de antemano decidió asimilar un escenario anómalo diseñado por periodistas practicantes de la pseudo-ufología con décadas de experiencia y nula credibilidad. La inmensa mayoría de los testimonios no se refirió a esos detalles “anómalos”, que se debieron a la interpretación subjetiva y deformada de unos pocos testigos: lo esperable en un suceso como este.

Un estudio “llevado a cabo en uno de los lugares exactos desde donde se obtuvieron varias de las famosas fotografías” permitió a los autores (escriben en plural pero en el enlace de Internet no aparece autor alguno y no consta tal estudio) “comprobar in situ que muchos de los datos recopilados por el Ejército del Aire en el informe desclasificado son ciertos, evidenciándose ante todo que el fenómeno era incluso mayor que lo que se ha venido describiendo hasta el momento”. Es de lo poco sensato que hay en el artículo. Ciertamente, el fenómeno tuvo unas dimensiones mucho mayores que las que el juez instructor del caso le asignó; en realidad, el ahora coronel Pedro Ortega no llegó a saber en ningún momento la causa del fenómeno, motivo por el cual lo dejó sin explicar como Fenómeno Aéreo No Identificado (FANI) y ovni en una segunda etapa.

El resumen de las dimensiones obtenidas en el citado “estudio” vuelve a pecar por defecto: 10 kilómetros de altura sobre el nivel del mar y 200 kilómetros de distancia a las islas. Los datos numéricos que figuran a continuación parecen quedarse cortos, pero empiezan a dar una idea de la magnitud real del fenómeno; a pesar de ello, no llevó al autor o autores a sospechar la auténtica naturaleza del caso, que prefirió mantenerse en un ficticio escenario misterioso:

-  La gigantesca campana de luz quedó estacionada durante un tiempo indeterminado, alcanzando una altura aproximada de 70 Km.
-   En su mayor magnitud la citada campana alcanzó  70 Km. de sección.
-    Con un área que ofrecía la sorprendente cifra de 3.500 Km2.
-  Con un diámetro de la línea amarilla interior observada en las instantáneas de 65Km. En otras palabras, la campana luminosa casi duplicaría la superficie de la isla de Tenerife.
-  Según informes oficiales, el diámetro de la galaxia [así llama metafóricamente al fenómeno de las estelas y el objeto central] fue de unos 100 Km. de envergadura.
-     Sin embargo obtuvimos datos mayores, pues llegamos a constatar que ésta alcanzó aproximadamente 283 Km.

Estos datos son producto de las mediciones realizadas desde un lugar de Gran Canaria no indicado basándose en una de las fotos obtenidas aquel anochecer de 1979. Son simples tentativas que se aproximan a las dimensiones reales de un fenómeno completamente artificial. Pero el proceso de realización de esas mediciones no consta en el enlace de Internet; es posible que fuera publicado en la edición impresa de la revista y eliminado de la versión digital.

A continuación se aleja de nuevo de la evidencia disponible al apuntar que al proyectar esos datos sobre cartas náuticas y planos militares del archipiélago “… tenemos en cuenta que el fenómeno se estima a unos 223 Km. de Izaña (Tenerife) comprobamos que los extremos del mismo casi rozan El Hierro y La Palma”. No hay testimonio alguno, o conjunto de éstos, que permita pensar que alguna etapa del suceso se desarrollara sobre el extremo occidental de Canarias. En cuanto a la distancia, esos 223 Km. se quedan cortísimos, como planteó Manuel Borraz en Los gigantes de Gáldar y los avistamientos canarios, ensayo que es de imaginar conoce el autor o autores del artículo (http://www.ikaros.org.es/galdar.pdf).

Cualquier investigador guiado por la lógica y el interés en explicar los misterios llegaría a la conclusión, a partir de las aproximaciones mínimas de Borraz citadas y las que ahora presenta el autor del artículo de Internet, que el fenómeno, efectivamente, tuvo su origen en, al menos, un lanzamiento balístico desde un submarino al oeste de Canarias, porque ésas son las dimensiones que sus sucesivas etapas alcanzan, y también porque es prácticamente idéntico al espectáculo visual observado en muchas otras ocasiones previas y posteriores; pero no: su “primera gran conclusión” es que un misil de las características que se pretende no puede alcanzar semejante magnitud, ni siquiera en el momento de mayor apogeo. No se razona el por qué de esta afirmación, que choca con la evidencia empírica de no pocas ocasiones prácticamente idénticas. Tampoco tiene especial relevancia para el autor o autores que Alfonso Ferrer localizase vía Internet a varios de los tripulantes de los submarinos responsables de los lanzamientos observados desde Canarias y que confirmaran, al mostrarle las fotografías del 5/3/79, que efectivamente se trataba de un fenómeno muy conocido para ellos. Para el autor del artículo, “las declaraciones eran confusas y sin proporcionar pruebas fehacientes que permitieran corroborar sus afirmaciones”. Obviamente, las dudas que surgen a raíz del testimonio obtenido por Ferrer del militar Robert Boice nacen de la autenticidad de la fuente y de si se refiere concretamente a la fecha en cuestión. Pero sería sorprendente, más sin conocer a Ferrer, que un presunto militar retirado confirmara los hechos planteados por el citado de no ser más que un tipo sin relación profesional alguna con estas pruebas balísticas. En este caso, lo lógico habría sido hacer caso omiso a sus preguntas por correo electrónico. Las respuestas obtenidas son, además, bastante coherentes con el escenario general del acontecimiento, aunque inexactas.

Por otro lado, las argumentaciones del artículo pueden ser igualmente vueltas en su contra por razones semejantes: ¿por qué tenemos que aceptar que, a partir de “nuestras recientes indagaciones”, los datos apuntan a que los submarinos zarparon de Rota pero con dirección no a Canarias sino a la República Federal de Alemania para incorporarse a unas maniobras de la OTAN?  Y si fue así en algunas ocasiones, ¿cómo sabe que también ocurrió lo mismo el 5 de marzo de 1979? “¿Fue Ferrer víctima de una confusión por parte de su informante o de una maniobra intoxicadora?”, pregunta el autor anónimo. Por mi parte, prefiero reservarme la opinión de quién intoxica realmente, y quiénes lo han hecho históricamente, aunque seguramente el lector lo adivinará.

Es difícil que el tripulante del submarino recordara la fecha exacta del suceso, pero, sin embargo, pareció resultarle familiar, y reconocer perfectamente lo que quedó registrado en las fotos, independientemente de que fuera testigo de este caso concreto o de otros semejantes; fotos que son las enemigas número 1 de todos los especuladores gratuitos de este caso, ya que son objetivas y delatan, ante cualquiera que no desee seguir engañándose a sí mismo y a los demás, que toda aquella performance (perdóneseme el barbarismo) fue debida a un par de misiles Poseidón lanzados por la armada de los EE.UU. Por otro lado, no parece lógico pensar, como indica de pasada el autor, que se tratara de un día rutinario, como cualquier otro, lo que haría difícil que su recuerdo se ajustara a la realidad concreta de aquel día. El autor también realiza otras preguntas carentes de sentido: “¿Cuántos disparos podría presenciar  desde dentro de una mole de acero en al menos diez años de servicios”? Por algún motivo desconocido, los tripulantes de un submarino norteamericano no podían saber qué efectos produce en la alta atmósfera el lanzamiento de los misiles que llevan en la nave que pilotan… “¿Por qué iba a recordar algo que no pudo ver por estar dentro de la nave y cuya repercusión admitió desconocer?”. Es una pregunta semejante a la anterior, y la respuesta también es semejante. Tampoco es difícil de imaginar que ninguno de los tripulantes del submarino norteamericano Kamehameha comprara los días siguientes El Día o el Diario de Avisos en un kiosco de la plaza de España de Santa Cruz de Tenerife para enterarse de la repercusión social del fenómeno observado el atardecer del 5 de marzo.

Tal y como de desprende de nuestras simulaciones realizadas a partir de muchos de los datos obtenidos tanto en 1979 como a día de hoy, las versiones balísticas propuestas despojadas de sus engañosos gráficos e hipótesis un tanto sospechosas apenas soportan un sencillo análisis. Más bien al contrario, pues precisamente estudios recientes vienen a demostrar algo muy distinto a lo que desde determinados sectores se ha afirmado durante años sin pruebas contundentes, y lo que es peor, despreciando un elemento importante dentro de todos los incidentes OVNI: en este caso el testimonio ofrecido por miles de canarios que ponen en tela de juicio la veracidad –y las intenciones- de los que abogan por la tesis del Poseidón C-3.

En verdad que estoy deseoso de conocer esas simulaciones a partir de “muchos datos”; también estoy deseoso de conocer por qué esas hipótesis balísticas son “un tanto engañosas”, y también ardo en deseos de conocer esos “estudios recientes” que, hasta ahora, no he visto por parte alguna, a pesar de que, al parecer, demuestran que el fenómeno fue algo…, no sé, ¿raro?; ¿paranormal?; “¿ufo-misterioso?; ¿extraterrestre?; ¿chiripitifláutico?

El último párrafo incide en una vieja trampa: comparar el fenómeno del 5/3/79 con la salida del mar de un misil para descartar que el primero pudiese tratarse del citado artefacto. Presumo que ésta es la absurda comparación que se pretende establecer porque no figura imagen alguna en la web. De ahí dictamina el autor que “en absoluto puede ser el referido y mil veces citado Poseidón C-3, incapaz de generar tales efectos”. Es sorprendente el desconocimiento que muestra el autor, más cuando parece haber indagado en el suceso –dando palos de ciego, no obstante-, aunque ello no le ha permitido descubrir y observar las múltiples instantáneas que existen en todo el mundo de fenómenos idénticos al del caso canario reconocidos como lanzamientos balísticos por las potencias responsables. Así se mantiene el falso misterio: ignorando los hechos evidentes y evitando cualquier interpretación económica al respecto.

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PETICIÓN AL LECTOR:

¿Podría el lector aportar copia íntegra de la versión publicada en la revista Año Cero o Enigmas de este artículo http://www.xn--revistaaocero-pkb.com/secciones/ovnis-vida-extraterrestre/ovni-discordia  reproducido en la web de Akásico, incluyendo referencia completa?

¿Incluye la versión en papel alguno de los “estudios” a los que se refiere en el texto? Si no, ¿dónde fueron publicados? ¿Son accesibles en algún web o blog?

Remita el material citado a esta dirección de correo electrónico: rcampop@gmail.com Muchas gracias de antemano.

sábado, octubre 24, 2015

viernes, octubre 23, 2015

Platillo volante estrellado en Hollywood

El Día (Santa Cruz de Tenerife) informó el 19 de julio de 1947 de que un platillo volante de 75 centímetros de diámetro había chocado en Hollywood contra la casa de un tal Rusell Long.


Se lo llevaron los bomberos después de que estuviera echando una columna de humo durante diez minutos. Se trató de una de las bromas que por entonces empezaron a proliferar (http://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/el-da-despus-de-roswell-32/ y http://web.archive.org/web/20080517115859/http://kenny.anomalyresponse.org/47Hollywood.html) a la caza de las recompensas que se ofrecían por capturar un platillo de los que tenían sugestionada a la opinión pública norteamericana, como aseguraba la noticia de agencia.

jueves, octubre 22, 2015

Historietas de Las Cañadas del Teide

En el nuevo número de la revista Catharum, 14, que publica anualmente el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias de Puerto de la Cruz (Tenerife) aparece un largo artículo mío titulado: Las Cañadas del Teide: lugar mágico y cosmopuerto extraterrestre en el que trato algunas leyendas y creencias que sobre el supuesto lugar mágico del Parque Nacional se han contado y escrito por los periodistas de lo insólito, enigmático y crematístico. Que sea de su gusto.


Mirador de la Ruleta, en Las Cañadas del Teide (Tenerife). Aquí tuvo su centro de coordinación la alerta ovni de 24 de junio de 1989, comandada por el desaparecido periodista Francisco Padrón y unos contactados madrileños que primero estuvieron quedándose con los palmeros para luego pasar a esta isla, entre otras cosas del más allá y del más acá.

sábado, octubre 03, 2015

Marcianos acuosos

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


sábado, septiembre 19, 2015

Cosas en Marte

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


miércoles, septiembre 16, 2015

Platillo volante en Cartagena

La primera noticia sobre la observación de un platillo volante en territorio nacional apareció publicada en La Tarde (Santa Cruz de Tenerife) el 2 de agosto de 1947. Con anterioridad aparecieron algunas referencias a observaciones desde otros lugares del mundo y sobre la naturaleza de lo que se estaba observando en Estados Unidos (Buenos Aires, golfo de Vizcaya, Shanghái, Zurich…). La noticia de La Tarde hace referencia a un “platillo volador” observado desde Cartagena a las 5 de la madrugada del día indicado. El cura de la iglesia de la Concepción, Juan Jesús Orduña, vio un resplandor, se asomó a la ventana y contempló una luz roja que emanaba de un disco de fuego que lanzaba chispas, hasta que poco después observó una gran columna de humo. El testigo no hizo mención a platillos volantes, expresión con que tituló su crónica la agencia Cifra.


Merece la pena hacer constar que ABC, en su edición de 3 de agosto de 1947, ofreció al lector la explicación de lo que había visto el sacerdote de Cartagena: una avería en la línea de 60.000 voltios que suministra energía al Consejo Ordenador de las Construcciones Navales Militares, lo que provocó un cortocircuito con chisporroteo, explosión y humareda contemplados no sólo por el testigo citado sino por otros residentes en el barrio cartagenero de la Concepción.

Cuando la prensa se hace eco de esta primera observación empezaba a afianzarse el rumor, así que era cuestión de tiempo, de días, que acabara manifestándose en España, ya sea por boca de los testigos, ya por la imaginativa pluma de los periodistas de agencia y de redacción periodística. Nada nuevo al respecto desde entonces.

lunes, septiembre 07, 2015

Un arma especial...

Cuatro días más tarde (ver entrada anterior), La Tarde (12 de julio de 1947) recoge las declaraciones del vicealmirante Blandy, que indica que “Debe tratarse de un arma especial con la cual no estoy familiarizado”. Pero algo se perdió en la traducción, puesto que a continuación dice que “Estoy sorprendido de que con su posición en el aire no pierda la cantidad de comentarios que en su entorno se han hecho”. El vicealmirante Blandy (La Tarde cambia por error su apellido a “Brandy”) fue el responsable del lanzamiento de la primera bomba atómica en el atolón de Bikini, como informó ABC en su edición de 2 de julio de 1946.

La Tarde, 12-7-1947

De propina, informaron de la una visión desde la ciudad argentina de La Plata de uno de esos platillos volantes que por entonces se empezaban a divisar por diversos lugares. La moda de las extrañas apariciones empezaba a extenderse fuera de los USA.

domingo, septiembre 06, 2015

El "ovni" de Canarias se aparece en Miami

Aquí lo tienen de nuevo: el "ovni" de Canarias, el famoso "ovni" de Canarias, que se dio una vuelta por Miami el pasado día 2 por la mañana. Ah, los misterios de Canarias, ahí están, para quien tenga la mente abierta y el trasero apretado:


Y una instantánea:


En realidad, se trató de una de las típicas estelas generadas en la alta atmósfera por el lanzamiento de un cohete, misil o satélite artificial, en esta ocasión del cohete Atlas V, lanzado desde Cabo Cañaveral.


sábado, septiembre 05, 2015

Bolas de fuego rasantes

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


miércoles, septiembre 02, 2015

¡Platillos volantes!

La primera referencia a los platillos volantes en la prensa canaria se halla en La Provincia (Las Palmas de Gran Canaria) el 8 de julio de 1947. Dos semanas antes, el 24 de junio, había tenido lugar el caso fundacional de la historia de los ovnis: la observación de Kenneth Arnold de nueve objetos brillantes en el estado norteamericano de Washington que se movían como platos lanzados contra el agua, entrando y saliendo de la formación a gran velocidad. A partir de entonces, se desató una auténtica epidemia de observaciones por todo el país. Por entonces, como quedó demostrado en las primeras encuestas de opinión realizadas, el origen extraterrestre de los misteriosos platillos no se contemplaba, ya que se pensaba que eran armas secretas, bien soviéticas, bien norteamericanas. El caso Arnold ha sido estudiado hasta la saciedad y lo más probable es que se tratara de un vuelo de prueba de aeronaves secretas. El ensayo más exhaustivo al respecto es el de MartinShough: The Singular Adventure of Mr Kenneth Arnold.

La Provincia reproduce en la fecha indicada una nota de prensa de la agencia EFE de noticias que señala que continúan las apariciones de platillos volantes. Ante esta situación el general Arnold, veterano de la Segunda Guerra Mundial, opinaba que los objetos observados podían ser algún invento de su propio país en vías de experimentación; un invento extranjero fuera de control; aviones de propulsión a chorro o por reacción. El general Henry H. Arnold (que no era pariente del citado testigo K. Arnold), fue un brillante mando de la Fuerza Aérea norteamericana que participó en la operación Lusty (Luftwaffe Secret TechnologY). Tenía por objeto la captura y el análisis de documentos científicos, centros de investigación, aviones y armas alemanes de la Segunda Guerra Mundial, así como el reclutamiento de científicos y personal técnico.

Los extraterrestres no harían aparición hasta algunos años más tarde, así que podemos decir que hay un desfase entre el momento en que la historiografía del mito de los platillos volantes localiza su origen (24/6/47, caso K. Arnold) y el momento en que al repertorio de explicaciones se une la del origen extraterrestre, lugar casi común en cualquier historia del mito ufológico racional. Es importante señalarlo porque las fuentes menos críticas, y por desgracia mayoritarias, no suelen hacer distingos, de tal forma que esos primeros años en los que la sociedad occidental no pensaba en los alienígenas para entender esas extrañas observaciones celestes también se contabilizan entre los de la era de los platillos volantes en tanto que naves extraterrestres, asimilación exitosa a partir de entonces.

jueves, julio 30, 2015

Vara en Arona el cadáver de un zifio

Eso lo sabe hasta un criptozoólogo...

¡Que me traigan un criptozoólogo!

Vara en Arona el cadáver de un zifio


¿No será un espécimen perdido de pakicetus o ambulocetus? O algo intermedio, o no, o sí, o lo contrario. ¿Y los análisis genéticos? ¿Por qué son tan cerrados de mente, dogmáticos y cerrados de mente? (Bueno, eso ya lo dije).

Zifios, zifios a cascoporro, aquí y aquí.

sábado, julio 25, 2015

Otro monstruo marino

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


lunes, julio 20, 2015

viernes, julio 10, 2015

Ciencia y creencias alternativas en la revista de la SEBBM

Hace algunos meses, José María Riol Cimas, director del Aula Cultural de Divulgación Científica (ACDC) de la Universidad de La Laguna, me pidió un artículo para un especial sobre pseudociencias que quería publicar la revista de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM).

En este enlace está mi artículo, Ciencia y creencias alternativas, que acaba de publicarse en el dossier.



viernes, junio 12, 2015

Entrevista a José Miguel Mulet

Publicada hoy en La Opinión de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).



Medicina sin engaños
Todo lo que necesitas saber sobre los peligros de la medicina alternativa
Ediciones Destino, Barcelona, 2015.


sábado, mayo 23, 2015

La momia de ET (segunda parte)

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).

Próximamente en este enlace.

sábado, abril 18, 2015

¿Se puede creer a un testigo?

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).

Próximamente en este enlace.

sábado, marzo 14, 2015

El experimento Iván

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).

Próximamente en este enlace.

sábado, febrero 28, 2015

Los ángeles de Almáciga

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).

Próximamente en este enlace.

miércoles, febrero 18, 2015

Men in Black

En 1997, año de su estreno, escribí esta reseña de Hombres de negro (Men in Black, en su título original). A falta de un nuevo vistazo, pego aquí el texto que escribí entonces, con algunas modificaciones.

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Men in Black (Hombres de negro)
(Película de marcianos).

Las grandes superproducciones cinematográficas estadounidenses están íntimamente ligadas a la gran campaña de publicidad de que son objeto en los medios de comunicación. A menudo, los espacios dedicados a publicitar el filme son tan amplios que incluyen buena parte de las escenas más espectaculares, como en el caso de los documentales titulados genéricamente “Cómo se hizo...”. En el caso de Men in Black gran parte de las escenas más sorprendentes son conocidas de antemano por el espectador.

El filme, de pobre guión (pareja de buenos que luchan contra los malos, en este caso bichos espaciales), se apunta a la moda de los extraterrestres en el cine, haciendo uso de un sub-mito inserto en el gran mito de los ovnis: los hombres de negro. Pero si bien el proceder “habitual” de los men in black consistía en silenciar a los testigos e investigadores de ovnis, cumpliendo un papel más bien malvado, en esta versión son presentados como guardianes de la humanidad ante posibles ataques de los aliens. La película es más de lo mismo: persecuciones, explosiones y efectos especiales que ya no impactan desde el momento en que se ha visionado Terminator 2. Salpicada por el ¿humor? de Will Smith y el acentuado hieratismo de Tommy Lee Jones, la cinta sirve para pasar el rato. Cuando menos un alien malvado es siempre más entretenido que uno bueno, que suelen ser aburridísimos y sólo lanzan peroratas llenas de trivialidades. Lo mejor es el tinte de comedia humorística con que está tratado. Lejos de dar un toque de seriedad a temáticas que se convierten en ridículas cuando así se hace (a no ser el tratamiento profesional de los estudiosos de las leyendas y folcloristas) se ironiza sobre algunos aspectos, como la realidad que se ocultaría tras los típicos tabloides sensacionalistas americanos (en España también tenemos algunos, con amplias ventas), llenos de extraterrestres y de fantásticas peripecias que se habrían filtrado desde el ultrasecreto mundo de los hombres de negro y de las agencias gubernamentales encargadas de la vigilancia “extraterrestre”.


Numerosas escenas de la película se desarrollan en las instalaciones de una hipotética agencia encargada de ocultar al paisano normal -e incluso a las propias autoridades gubernamentales- la convivencia de los extraterrestres en nuestro mundo y de sus posibles desmanes. ¿Realmente creen los lectores que un gobierno sería capaz de ocultar actividades de este tipo ante los medios de comunicación y la opinión pública? Si en el caso de uno de los proyectos científicos en torno a los cuales hubo mayor secretismo, la fabricación de la bomba atómica en la base de Los Álamos, Nuevo México, hubo filtraciones, ¡qué no habría habido en 50 años de platillos volantes! Lo más lógico es pensar que se trata simplemente de una leyenda creada por los propios interesados y creyentes en los ovnis para sustentar sus creencias y “dar algún sentido” a la inhibición tradicional de los gobiernos en este tema, salvo ocasiones puntuales. Las implicaciones gubernamentales, antes bien, han tenido su origen en las denuncias de civiles y ante en clima de expectación social creado ante las supuestas observaciones de objetos voladores que podrían estar violando el espacio aéreo correspondiente; quizá se tratara de naves, pero muy terrestres al fin y al cabo...

La leyenda de los hombres de negro va unida al cover-up, el supuesto encubrimiento de los gobiernos mundiales, en particular el de los USA, de toda aquella información relevante en torno a los platillos volantes. El máximo ejemplo es el episodio de Roswell, en julio de 1947, en el que algunos siguen viendo la ocultación del accidente de un PV con marcianos dentro (¿recuerdan el montaje comercial de la autopsia a un muñeco de látex en el verano del pasado año?) aunque se tratara realmente de la caída de un globo de alta tecnología capaz de detectar ondas sísmicas causadas por explosiones nucleares soviéticas. Cosas de la naciente “guerra fría”.

Los hombres de negro formarían la vanguardia de la labor de ocultación. Según el ya viejo rumor -es obvio que jamás se ha podido obtener una sola prueba que demuestre su existencia- se trata de agentes del gobierno o de alguna agencia que se dedican a silenciar y amenazar a testigos de observaciones ovni. Se presentan vestidos con trajes oscuros o negros, conduciendo lujosos automóviles y poseen inquietantes. Conminan a los sorprendidos testigos a que no divulguen su experiencia o hacen desaparecer a quien ha estado un tiempo investigando el tema ovni. Solían aparecer justo en el momento en que algún “ufólogo” se aprestaba a dar a conocer públicamente algún secreto que había descubierto. ¡Lástima! Los ufólogos no han sido nunca lo suficientemente inteligentes como para no divulgar previamente lo que decían conocer. Sencillo trabajo para los hombres de negro, ¿no creen?

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Finalicé este comentario recomendando los títulos de dos referencias bibliográficas en las que el tema se trata seriamente, desde dos puntos de vista:

Veredicto OVNI. Examen de la evidencia. Robert Sheaffer, Ed. Tikal, Gerona, 1994, pp. 219-232. Sheaffer escribe una breve historia en este capítulo de ese club de pillos que fue el International Flying Saucer Bureau, del que formaban parte Albert K. Bender y Gray Barker, autor del libro They Knew Too Much About Flying Saucers. Fueron los creadores de la leyenda, luego asentada en Ovnilandia como un refuerzo clásico para los adeptos.


Visiones, apariciones, visitantes del espacio. Hilary Evans, Ed. Kier, Argentina, 1989, pp. 132-142. Consiste este capítulo en una sabrosa revisión de la leyenda meninblackista desde el punto de vista de un folclorista. No se centra en el origen de la leyenda, ni siquiera se cita Albert Bender ni a Gray Barker, sino que lo hace en las percepciones de los testigos que “vieron” a esos individuos anómalos vestidos de negro con camisa blanca, en sus puntos en común, en la ‘estereotipización’ de las visiones a partir de clichés culturales sobre el proceder de los gobiernos, los agentes secretos, las películas de suspense y el por entonces naciente -pero ya diverso- folclore de los platillos volantes.

sábado, febrero 14, 2015

Adamski, contacto con Venus

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).

Próximamente en este enlace.

martes, febrero 10, 2015

UFOs 1947-1997 Fifty Years of Flying Saucers

Con motivo del quincuagésimo aniversario de la era moderna de la ufología (¿acaso hay otra?) se publicó en 1997 en Gran Bretaña una obra colectiva sobre el fenómeno ovni en la que participaron algunos de los más destacados investigadores mundiales. Su título en castellano es “Ovnis 1947-1997: cincuenta años de platillos volantes”, y sus editores fueron el folclorista Hilary Evans (ya fallecido) y el ufólogo Dennis Stacy.
           

La obra está dividida en secciones cronológicamente ordenadas por décadas en las que los autores se ocupan de los principales aspectos de la mitología de los ovnis. Destacan los artículos siguientes: What Happened on June 24, 1947 (Qué ocurrió el 24 de junio de 1947), relato original de Kenneth Arnold sobre su observación, que sirvió de detonante para toda esta historia. Adamsky and His Believers: A Reminiscence (Adamsky y sus creyentes: una evocación), por el ufólogo belga Mark Hallet, en donde se ocupa de este famoso contactado. Days in the Life. Diaries Entry from May 15 to July 26, 1966 (Algunos días de una vida: anotaciones en mi diario entre el 15 de mayo y el 26 de julio de 1966), por el conocido ufólogo Jacques Vallée. Project Blue Book´s Last Years (Los últimos años del proyecto “Libro azul”), por Héctor J. Quintanilla. The Belgian 1989-1990 UFO Wave (La oleada belga de 1989-1990), por Win van Utrecht, y varios más en los que se analizan destacados ejemplos de la casuística mundial y otros aspectos de la ufología.

El único investigador español que contribuyó con un artículo a esta obra fue Vicente-Juan Ballester Olmos, que en un artículo titulado Desclassification! Military UFO Records Released: The Spanish Experience (Desclasificación. Informes ovni militares liberados: la experiencia española) se ocupa de trazar un bosquejo de su implicación en el proceso de desclasificación, incluyendo diversos ejemplos, entre ellos varias observaciones ovni canarias.
           
Finaliza la obra uno de los editores, Hilary Evans, que en un extenso ensayo encuadra históricamente el mito ufológico, compuesto por diversos sub-mitos: contactados, abducidos, secretismo oficial, etc., reseñando sus principales características.

Concluí mi comentario informativo sobre esta obra en 1997 con el deseo de que esta obra se viera traducida inmediatamente al castellano, para general conocimiento de la comunidad de investigadores y de los estudiosos de las leyendas contemporáneas. Tal deseo no se cumplió, por supuesto.

UFOs 1947-1997
Fifty Years of Flying Saucers
Hilary Evans & Dennis Stacy (Eds.).
John Brown Publishing Ltd., The Boathouse, Crabtree Lane, London SW6 6LU, 1997.

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También por entonces tomé algunas notas del artículo de Hallet sobre Adamski. Fueron éstas:

De todas sus historias [de Adamski], había una especialmente exitosa entre sus seguidores. Muchos de los hermanos del espacio vivían actualmente en la Tierra, donde tenían que cumplir misiones de todo tipo. Por ello, para los creyentes de Adamski, siempre existía la posibilidad de poder encontrarse cara a cara con un hermano o hermana del espacio. En Adamski encontramos el patrón inicial del contactado; después de él los nuevos embaucadores que han ido surgiendo no han contado más que variaciones sobre las historias de Adamski, que prácticamente agotó el mito con su calenturienta imaginación. Adamski llegaba a advertir a sus seguidores que estuviesen atentos, porque muchos contactados eran unos chiflados y sólo escribían sus historias para ganar dinero. Parece que el charlatán de los venusinos quería eliminar la competencia. Hallet cuenta algunas anécdotas en las que Adamski reaccionaba violentamente cuando se enteraba de que alguien decía estar en contacto con los “hermanos del espacio”: “¡Me han robado mi idea!”, llegó a decir en cierta ocasión, al mismo tiempo que convencía a sus incondicionales de que esos seres que habían contactado a otros eran demoníacos y venían a destruir el mundo.

Algunos de los amigos de Adamski eran inteligentes mentirosos que decían estar en contacto con los seres espaciales sólo para ganar dinero y ser apreciados por los ingenuos seguidores. Otros se engañaban a sí mismos y se convertían en víctimas de estos charlatanes. Algunas mujeres ingenuas recibían a hombres en sus casas porque les decían que eran venusinos, entregándoles dinero porque acababan de llegar de Venus y no tenían recursos económicos... También se intercambiaban energías a través del acto sexual entre jóvenes “venusinos” y mujeres terrestres...

Y concluye Hallet: “El sexo sirve para mantener la lealtad de las jóvenes adeptas por parte del líder de la secta. Adamski fue una excepción. Sin embargo, su fascinación personal constituía un tipo de lazo amoroso con el cual cautivaba y provocaba admiración, docilidad y obediencia. Estoy seguro de que si hubiese querido muchas mujeres se habrían rendido felizmente entre sus brazos. Pero incluso aunque hubiese estado casado, Adamski parecía preferir jóvenes muchachos adolescentes; quizá por ello describió al venusino que habría encontrado en el desierto como un joven hombre muy bello; quizá también por ello sus encuentros con “extraterrestres” sólo tenían lugar en hoteles y no deseaba dinero de ellos después de esos encuentros”.

sábado, enero 24, 2015

Los ovnis, la CIA y los misterios

Publicado hoy en el suplemento de divulgación científica Principia, de Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias, España).


Próximamente en este enlace.


sábado, enero 17, 2015

El cohete 'Satuno V' pasó sobre Canarias

Artículo publicado hoy en la sección "Desde el más acá" de La Provincia (Las Palmas de Gran Canaria, Islas Canarias, España).


domingo, enero 04, 2015

Indiferencia (y prescindencia) de la criptozoología (XXXVI)

¿Algún criptozoólogo buscador de quimeras tuvo algo que ver con el descubrimiento de estos fósiles y su reconstrucción? ¿No?; por eso son unos inútiles y su actividad es folclore hasta que presenten pruebas, que es pedir lo mínimo. 

¿Caso "tipo Levelland" en Tenerife?

La información sobre este caso consiste en un muy breve y muy dudoso comentario en el libro de Jacques Vallée Fenómenos insólitos del espaci...